‘’El corazón no muere cuando deja de
latir; el corazón muere cuando los latidos dejan de tener sentido’’
-
Au!
–fue el primer lamento de la mañana al parecer, nada más y nada menos por Tiff,
la cual se despertó al instante, alguien sin querer, le había pisado la mano.
Tiffany, como un acto reflejo se quedó observando a aquella figura de cabello
rubio, era hombre, más bien adolescente y vestía con ropa, a simple vista,
normal.
-
¿John?
Él se dio la vuelta, pero en seguida se volteó
de nuevo y no le dio importancia
-
Eh,
espera, ¿a dónde crees que vas? – dijo Tiffany agarrándole del brazo - ¿Otra vez? ¿Te vas a volver a ir sin dar
señales de vida?
-
Tiff,
si me dejaras explicarte.. Te lo juro, no tuve otra opción
-
¡John!
Una
señora mayor se acercó a el. Tiffany sintió que, a lo mejor, no sería el mejor
momento
-
Te
dije que no hablaras con ella, ni siquiera te acerques, su padre esta ahí –
dijo susurrándole
-
Pero
Katrina, ella es diferente, deja de decidir por mi.
Tiff
se sintió incómoda. Al parecer el viejo dicho de ‘’No juzgues un libro por su
portada’’ se ignoraba completamente en este mundo, o al menos en Dakota, bueno,
o quizás al menos en esa escalera.
Aquella
mujer cogió a John por el brazo y subieron la escalera para irse por donde
habían venido.
David
por fin se despertó
-
A
buena hora papá y lo que te has perdido
-
¿El
qué me he perdido?
-
Nada,
olvídalo
El Sr. Allen se levantó y cogió todas sus
cosas. Tiff también recogió todo y comenzaron a andar
-
¿A
dónde vamos papá?
-
A
comer
-
¿A
dónde?
-
Aun
no lo sé
-
Oh
bien, andamos para nada
-
Tranquila,
ya veré
Llegaron
por fin delante de un edificio bastante destruido pero estable, había una
inmensa cola y detrás de ella un salón con muchas mesas y sillas y gente
desfavorecida y.. ¿monjas?
-Papá
¿qué es esto? Nosotros no encajamos.. aquí. – Dijo Tiff dándole una última
repasadita al lugar
-Créeme,
encajamos bastante.
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