domingo, 29 de julio de 2012

Cap 3



‘’Si ríes, el mundo ríe contigo, pero si lloras, lo haces sólo.’’


Después de comer, el Sr. Allen se paró en un sitio de acogida

-         Señora Webster tiene que darme una habitación
-         Lo siento David, estamos completos
-         Tan solo necesitamos un techo, déjenos dormir en el edificio, en cualquier parte
-         Bueno, podréis dormir en la azotea pero no se lo digáis a nadie
-         Gracias, ¡de verdad!




 * * * * *
Tiff despertó al día siguiente en aquella mugrienta azotea con un ruido espantoso

-         ¡Papá! ¿Qué estás haciendo?
-         Un trineo
-         ¿Un trineo?
-         Lee – El Sr. Allen le dio el folleto que llevaba leyendo y pensando durante toda la noche a su hija. - El primer premio es de 30000$. ¡Sería suficiente para volver a empezar!
-         Carrera estatal de trineos, el 28 de Febrero, aún puedes inscribirte, no te lo pierdas. –Leyó en voz alta- ¿Te vas a inscribir?
-         No, ya lo he hecho.
-         ¿Y tú sabes construir un trineo?
-         No, no tengo ni la menor idea.
-         Está bien, para qué seguiré preguntando.

Tiffany se fue a la salita de abajo, con la señora Webster, a descansar. Bajó las escaleras y, se encontró a..

-¡¡John!! – Las últimas escaleras las bajó corriendo - ¿Por qué has venido?
- Pues ya sabes, no tuvimos tiempo para hablar y tengo tanto que contarte, en fin..
- ¿Por qué te marchaste? ¿A dónde fuiste?
- Me tuve que ir a Francia
- ¿Tu? ¿En Francia? No me lo imagino
- Tuve que ir por mi 4ta familia de acogida y buscarme un trabajo hasta que bueno, me dejaron y me mandaron de nuevo a Dakota
- ¿Y quien era aquella mujer de ayer?
- Oh, ¿Katrina? Es mi nueva madre de acogida. Y bueno, tú, ¿qué ha sido de ti?
- Nos han quitado la casa
- Tiene que ser difícil, lo siento mucho Tiff
- ¿Aquella de allí no es Katrina?
- Oh cielos, si me pilla contigo me mata, me voy, ¿vale? Hasta pronto.

John se fue por la puerta de atrás para que Katrina no se diese cuenta

-         ¡Espera John! Te dejas la chaqueta
-         Quédatela, puede que la necesites más que yo – dijo mientras se perdía en la esquina del edificio.
Tiffany cogió la chaqueta y sonrió

-         Le quieres, eh? – dijo la señora Webster, que al parecer había estado al tanto de la conversación
-   Puaj, no, ¡ni hablar! – dijo Tiff mientras subía las escaleras 


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